ERES ENVIDIOSO - Millán Ludeña

 

ERES ENVIDIOSO

ERES ENVIDIOSO

Creo que podemos acordar que vivir en constante comparación con cualquier personas que tengamos al lado, no es lo más productivo, ni lo más justo. Si cada vida y cada camino se desarrolla bajo circunstancia distintas, con contextos independientes y lugares de salidas diferentes. Finalmente, la única persona con la que debes competir en esta vida es con quien eras ayer, con tu versión anterior.

Aún siendo totalmente conscientes de todo lo anterior, hay una pequeña parte de nosotros que siempre estará presionando. Escuchamos una voz que nos susurra, sutil, pero constante “Míralo” “Logró en poco tiempo lo que llevas una vida persiguiendo” “¿Por qué ella sí, y yo no?” “¿Cuándo me tocará a mí?”

Puede que compararnos venga programado en nuestro código más elemental. Quizá es un instinto que nunca podremos dejar del todo. Quizá es incluso un mecanismo de supervivencia desarrollado.

¿Saben qué ocurre cuando nos sentimos inferiores? La envidia activa las mismas áreas del cerebro que el dolor. ¿Y qué significa el dolor, biológicamente para los seres humanos?

Alerta. Estás en riesgo. Muévete. Haz algo.
Quizá la envidia es una de las señales de alerta de inmovilidad más útiles. Es un mecanismo de alerta, que te hace necesitar acción. Si sabemos recibirla, si la entendemos como un llamado a mover un dedo, a salir de la comodidad y comenzar a trabajar de verdad, entonces quizá envidiar no resulta tan malo, después de todo.

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