
25 Ago Este es el momento
Este es el momento. El momento para reinventarte, para cuestionarte, para darte un respiro y, con esto, darte tu espacio. Este es el momento para que, desde la individualidad, lleguemos a pensar en lo plural, como lo haces ahora mismo con tu familia.
Este, si te detienes a pensarlo, es el momento perfecto para que te enfoques y revises cómo van las cosas en lo que consideras importante en tu vida pero que, irónicamente, no lo puedes hacer en tu día a día.
Este es el momento para que seas estratega. Para que visualices tus miedos y quizá entiendas el por qué te han inmovilizado durante mucho tiempo. Es el momento para cuestionar cada uno de tus pretextos, incluso los que hoy te siguen sonando a verdades. Este es el verdadero momento para desarrollar ese proyecto que siempre quisiste.
Este es el momento para agradecer. Es el momento para que regreses a ver atrás y veas todo lo que has conseguido, recuerdes lo muerto de miedo y seguro que estabas de no conseguirlo, pero lo hiciste, y muy bien. Es el momento para sentirnos humildes y entender que, quizá en el momento de máxima expresión de conocimiento y tecnología de la humanidad, bastaron menos de 100 días para que la naturaleza nos ponga de rodillas y nos haga cuestionar acerca de nuestra responsabilidad individual con el planeta.
Este el momento para recordar todo lo que hemos superado en el último siglo: gripe porcina, polio, SARS, gripe aviar, H1N1, cólera, ébola, zika (…), pero, ¿Sabes qué? Superaremos esto también; pero nos necesitamos todos, porque este es el momento para convertir este conocimiento mundial en sabiduría y entender que cada uno de nosotros debe hacer su parte.
Aunque también podrías no hacer nada de esto —y ojalá esta sea la minoría— pero, cuando lo superemos, no tendrás mayor autoridad para decir que no tienes tiempo para hacer lo que siempre quisiste hacer, nadie te lo creerá, incluido tú. Hoy, hay decenas de miles de contagiado alrededor del mundo, pero saldremos de esta. Porque los problemas se enfrentan desde adentro. No permitiremos que este virus empiece a enfermar nuestro sentido común. Saldremos codo a codo, porque no se toca el corazón únicamente con las manos.
Te quiero,
Millán
Sin comentarios